El último verdugo

El último verdugo de Toni Hill

¿Cómo llegué a este libro? Me llamó la atención la publicidad de la novela, decía; ”Nadie mata como Toni Hill, El Thriller del verano” y no había leído nada de este autor, a pesar de ser esta su séptima novela.

Ambientada en Yorkshire (Reino Unido) 1990 y Barcelona año 2021.

Un asesino que decide convertirse en verdugo en Barcelona, elige quién no merece vivir.

Los selecciona, estudia, sigue, rapta, lleva a su sótano y ejecuta con un antiguo artilugio que cayó en sus manos por casualidad, un garrote vil. Conocemos quién es, pero hasta el final no descubrimos qué le ha llevado a hacerlo.

Otros personajes: una criminalista (Lena), una joven que se ve envuelta en un asesinato sin intención (Cruz), una familia de la mafia rusa con sus arreglos de cuentas y, por supuesto, un grupo de policías encargados de la investigación.

Hay algún detalle curioso: un guiño a las hermanas Brontë y una mención especial a Nicomedes Méndez, el verdugo oficial de Barcelona entre 1877 y 1908. Un extraño individuo que tomó su profesión con tanto orgullo que, cuando se jubiló del oficio, pretendió abrir un local “El palacio de las ejecuciones”, donde poder escenificar los casos que él había tenido. Pero, afortunadamente, no le concedieron la licencia de apertura y tuvo una triste vida familiar.

Portada El último verdugo

Dividido en cuatro partes: Invierno, primavera, verano y otoño.

De muy fácil lectura.

  • N.º de páginas: 504
  • Editorial: GRIJALBO
  • ISBN: 9788425364990
Opinión personal: Te gustará, si te entretiene la novela negra sin salpicaduras de sangre. Coincido con la referencia de la editorial: es un thriller para verano.  
Si vives o conoces Barcelona la disfrutarás más, porque las localizaciones te facilitarán meterte más en la historia.

Aunque a medida que avanzas intuyes el final… No será del todo como piensas.

La última ejecución realizada en España con garrote vil, fue la de Salvador Puig Antich en 1974, me impresiona leerlo. Yo ya tenía 11 años.

Respuesta a Toni: Tranquilo, no me has defraudado. He pasado un buen rato.

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