Oscar y Mamie Rose

Oscar y Mamie Rose de Eric-Emmanuel Schmitt

¿Cómo llegué a este libro? Me lo recomendó una usuaria de la biblioteca. Solemos comentar nuestras lecturas y me dijo que le había encantado.

Había leído este año El señor Ibrahim y las flores del Corán del mismo autor y, me llamó la atención.

Aunque al leer el resumen de la contraportada dudé:

“He aquí las cartas que escribió a Dios un niño de diez años enfermo terminal de Leucemia”.

Contraportada
Portada de Oscar y Mamie Rose

No me arrepiento. Es tierno, muy tierno y a pesar de la dureza de la historia, conseguirá hacerte sonreír en más de una ocasión.

Son diez días en la vida de un niño hospitalizado. Nos presenta a sus amigos: Beicon (un amigo que se quemó), Einstein (uno que padece hidrocefalia), Palomitas (con 9 años pesa 98 kilos) y Peggy Blue (una niña que padece cianosis, que no sabía lo que era. La pile se vuelve de color azul debido a una oxigenación insuficiente de la sangre.)

Puede que desde fuera parezca un tema tristísimo, que lo es, pero es toda una lección de VIDA.

Sus últimos doce días los pasa acompañado y disfrutando la vida de la mejor manera posible, gracias a Mamie Rose (una voluntaria con bata rosa que visita a los enfermos para entretenerles y animarlos).

No es un libro para enfermos terminales, es un empujón de vida. Cada minuto cuenta, hay que aprovecharlo.

  • Nº de páginas: 108
  • Editorial: OBELISCO
  • ISBN: 9788497771702
  • Traductor: Alex Arrese

Sé que hay una película que se llama Las cartas a Dios. No la he visto y no me apetece. He leído que la adaptación no es literal.

Opinión personal: Lo disfrutarán mucho los creyentes. Oscar, el protagonista, escribe cartas a Dios, alguien en quien no ha creído nunca, pero que le sirve para organizarse los últimos días de vida.

Duro y tierno a la vez.Contado por un niño, sabéis que tengo debilidad por estos libros.

No recomendable si estás en un mal momento emocional, o sí.

Vive y disfruta cada minuto. O como me dijo ayer una amiga, después de pasar por un mal momento “Hay que celebrar la vida siempre”.

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