El viaje de Agustina Guerrero
¿Cómo llegué a este libro? Estoy totalmente de acuerdo con la frase “Un libro, lleva a otro libro”, y este es el caso. Al terminar La compañera vi que Agustina había publicado este, y que el viaje era a Japón (un país que siempre me ha llamado la atención), no lo dudé.
Es una novela gráfica en la que esperaba que Agustina nos cuenta los diez días que pasó en Japón con su amiga Loly (a la que dedica el libro). Donde encontramos, además de una mini guía, un viaje al interior de los sentimientos de ambas.
Es un libro de aventuras, humor, amistad y tierno, muy tierno
Las dos amigas viajan a Japón y visitan Tokio, Hakone y Kioto. Descubren lugares y costumbres (se visten con los yukatas y disfrutan la ceremonia del té basada en cuatro elementos: armonía, respeto, pereza y tranquilidad…). Pero sobre todo se escuchan y comparten emociones, apoyándose la una en la otra.
Además de las anécdotas y curiosidades durante el viaje, sus experiencias vitales, la ansiedad y el insomnio son también protagonistas.
La edición es una preciosidad, las ilustraciones son a cuatro colores: blanco, rojo, negro, y sobre todo rosa.
- N.º de páginas: 232
- Editorial: LUMEN
- ISBN: 9788426407559
Opinión personal: Confieso estar impresionada con la habilidad de Agustina para dibujar las emociones, con una imagen sin texto, entiendes perfectamente lo qué quiere decirte.
Para que entendamos más sus ilustraciones ha dicho “El rosa es la luz, el rojo es la sangre y el amor y el negro la oscuridad». Te aseguro que no te hace falta este dato.
Os recomiendo pasaros por el Instagram de la autora y ver en sus historias, las fotos en las que se inspiró para las ilustraciones. Ha dicho que este es su libro más personal, su guión eran los álbumes de fotos que tenía.
He descubierto con ella a Yayoi Kusama, un artista japonesa de la que había visto varias cosas pero desconocía su impresionante vida. Otra mujer adelantada a su tiempo, a la que Andy Warhol le debió mucho. Ha vivido en Estados Unidos muchos años y al cumplir 70 regresó a Japón, se encontró con un país todavía muy tradicional para su arte. Se encerró voluntariamente en un psiquiátrico y todavía continúa viviendo allí.
Seguiré a Agustina en sus próximas publicaciones.