Pero hermoso: un libro de jazz de Geoff Dyer
¿Cómo llegué a este libro? Fue una de las recomendaciones de Paloma @paloma_vcueto y no había leído nada de este autor británico.
El título es curioso, el jazz me gusta y a algunos de los protagonistas los había escuchado.
Leer jazz, era un reto.
Dyer se inspiró en fotografías y textos de ocho leyendas del jazz :
- Lester Young (1909 – 1959) saxofonista tenor y clarinetista. Apodado Pres, uno de los saxofonistas más influyentes.
- Bud Powell (1924 – 1966) pianista y compositor y una de las figuras fundamentales del bebop.
- Charlie Mingus (1922 – 1979) contrabajista, compositor, director de big band y pianista. También fue conocido como un activista en contra del racismo.
- Chet Baker (1929 – 1988) trompetista, cantante. Exponente del estilo cool
- Ben Webster (1909 – 1973) saxofonista tenor. Está considerado como uno de los «tres grandes» (big three) saxofonistas tenores del swing.
- Thelonius Monk (1917 – 1982) pianista y compositor
- Art Pepper (1925 – 1982) saxofonista alto.
- Aparecen entre cada una de las historias, Duke Ellington (1899 – 1974) compositor y pianista y Harry Carney (1910 – 1974) clarinetista y saxofonista alto y barítono. Les acompañamos en coche, a una de sus giras por Estados Unidos.
El jazz es improvisación y así está escrita esta novela. Damos saltos en el tiempo conociendo a cada músico y sus experiencias.
- Nº de páginas: 224
- Fecha de publicación 1991
- Editorial: LITERATURA RANDOM HOUSE 2014
- ISBN: 9788439728085
- Traductor: Cruz Rodríguez Juiz
Incluye un epílogo: tradición, influencia e innovación (donde Dyer nos enseña los orígenes, desarrollo y situación del jazz). Fuentes y discografía seleccionada.
Opinión personal: Me ha gustado. Nos traslada a la época y «vivimos» con ellos, su música.
Muy recomendable para los amantes del jazz, lo disfrutarán muchísimo.
Y para todos aquellos, que como yo, no conocéis a todos los protagonistas de la novela, es una buena opción para descubrirlos. Te sitúas en esos escenarios y compartes y “sientes” con ellos, sus vidas.
El jazz consistía en crear un sonido propio, en encontrar la manera de distinguirse de todos los demás, de no tocar nunca lo mismo dos noches seguidas. El ejército quería que todo el mundo fuera igual, idéntico, indistinguible, con el mismo aspecto, con la misma mentalidad, que todo fuera igual día tras día, sin cambios.
Página 22. Capítulo de Lester Young
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